El tiempo es intangible y teórico, algo que no somos capaces de percibir como tal y a pesar de ello, no podríamos, hoy, concebir nuestro mundo sin este concepto. Y es considerado además un elemento fundamental en el mundo del control.
Gracias a la disciplina electrónica, es posible utilizar esta paradójica unidad, que rige y gobierna el mundo con implacable silencio. Los físicos y filósofos han modelado desde hace siglos muchas de las leyes del mundo que hoy tenemos a nuestra disposición y que a travez de la historia han evolucionado por medio de ingeniosos mecanismos y artefactos, siendo cada vez de mayor estabilidad y precisión.
El tiempo lo rige todo y por esta razón conforma el núcleo palpitante de todo sistema, como aquellos que contienen procesadores y microcontroladores. En estos últimos, encontramos herramientas especializadas llamadas temporizadores, las cuales están disponibles para ser utilizadas en diversos procesos, pudiendo algunos sistemas, controlar periodos de tiempo en el orden de los nano segundos.
Para quien no se encuentre familiarizado con las unidades de tiempo, lo describo del siguiente modo: Un segundo contiene mil milisegundos, un milisegundo contiene mil micro segundos y finalmente, un microsegundo contiene mil nanosegundos. Para entender esta magnitud por ejemplo, un microcontrolador simple con cristales del tipo HS, puede llegar a procesar una instrucción de código programable en tan solo docientos nanosegundos, lo que significa que, en solo una unidad de tiempo, habrá sido capaz de ejecutar cinco millones de instrucciones. Incluso pudiendo calcular estos números, es difícil comprenderlos del todo.
A mí personalmente, me ha tomado varios años de práctica comprender tan sublimes dimensiones. A estas escalas, es imprescindible hacer uso del cálculo matemático, ya que sin ello, sería imposible la tarea de sincronizar y coordinar ciertos procesos que requieren exactitud, como en el caso de la lectura y escritura de las memorias y muchos otros procedimientos.
Incluso la velocidad del electrón encuentra sus límites, estando además expuesto a variables ambientales, como lo son las emisiones de ondas electromagnéticas de diferentes fuentes, sobre todo, cuando las guías que lo transportan se extienden a lo largo del espacio. Estas desventajas son superadas por medio de nuevos descubrimientos, como las guias de ondas ópticas que pueden viajar a ni mas ni menos que la velocidad de la luz. Hoy y gracias a la tecnología, tenemos estas poderosas herramientas al alcance de nuestras creaciones. Gracias a nuestro ingenio hemos encapsulado el tiempo.